viernes, 7 de febrero de 2014

Calcuta y Mumbai

 Mi relato sobre mis vacaciones en el norte de la India termina con estas dos ciudades.

 Nuestro primer destino fue Calcuta y el último Mumbai, ambas ciudades inmensas, llenas de grandes edificios, bellos parques y amplias calles. Acostumbrada a la tranquilidad y al tamaño de Mysore, me impresionó ver la gran diferencia en estos lugares. Durante los días que estuvimos allí recorrimos grandes distancias caminando, tanto por el día como por la noche. La diferencia era que en las mañanas nos acompañaba un sol incansable y por las noches una lluvia torrencial. Sin embargo, esto no impidió que disfrutara perdiéndome por las calles de estas ciudades llenas de contrastes. Sobre las veredas se alzaban grandes edificios o importantes restaurantes y en las calles circulaban los rikshaws tirados por hombres. Hombres delgados y con las piernas curvas por sujetar, a diario, las dos varas para jalar estos autos. Igualmente, frente a las grandes edificaciones corren niños desnudos pidiendo limosna y llevándola a sus madres, que esperan sentadas en la calle envueltas en ropa sucia y rodeadas de sus pocas pertenencias en el piso. Ahora siento que puedo definir a estas dos ciudades como un antónimo: ricas y pobres, calientes y frescas, verdes y secas y, por último, limpias y sucias. 

Calcuta








Mumbai


Gateway of India.


El más grande slum en la India.

jueves, 6 de febrero de 2014

Desde un elefante

 Después de visitar el Palacio de Mysore... ¡Dimos una vuelta en el lomo de un elefante! Una experiencia única y divertida sobre estas criaturas, a las cuales aquí se las ve a diario dando pasos gigantes y atrayendo la mirada de todas las personas hacia su imponente belleza.


Peyavara Hostel

 Twentyone of the children in my school live together with eight children more in Peyavara Hostel. This hostel is located 10 minutes by bus from the school, in J.P. Nagar. Two cookers and a hostmother are the ones who look after this boys every day.

 All this boys come from different villages in the north of India; they go back once a year, during the school holidays, to see their families.

 It is beautiful to see how this students are close to each other more than no one else. They take care of each other, help each other and love each other. They are the best example of brotherhood.

 Six of this boys are students in my 4th standart class and I feel very proud to say that they are the more mature ones besides all the conflicts they have back home. They are generous, they are funny, they are intelligent and, overall, they have a high level of fairness sense for their age. Every day I am surprised of how much they have to offer, when they, apparently, have so little.

 This kids have been the best example for me and there is no single day, that one of their smiles does not give me strenght or comprehension. I love them.

With this big beautiful smile all the time.

All the big and little boys of the Hostel.

domingo, 2 de febrero de 2014

Mysore

  Aquí Mysore, mi ciudad por estos seis meses, desde las colinas Chamundi. Una ciudad tranquila, fresca, jugosa y naranja. Tranquila por la gente, fresca por la naturaleza, jugosa por las frutas y naranja por los atardeceres que, cada tarde, vuelven a Mysore a una ciudad bañada por tonos rojizos y naranjas.

Subiendo la colina Chamundi.
Mysore desde la cima.

Una prueba de los anaranjados atardeceres.

Cricket

 Mis alumnos de 4to grado son los mejores jugadores de cricket de toda la escuela; tienen un sinfín de trucos y son muy hábiles. Le dan siempre a la pelota y con tanta fuerza, que el partido siempre termina alargándose, porque hay que salir a buscar la bola.

 Así que permítanme presentarles a la futura selección de cricket de la India:









martes, 28 de enero de 2014

Lindos hermanos

 Aquí unas pocas fotos de los hermanos pequeños de mis alumnos de cuarto grado. Además de ser inteligentes, graciosos y buenos alumnos son, también, dulces hermanos y hermanas mayores.

Mis gemelos, Jambor y Janbor.

Mi alumna Sangeetha junto con su pequeño hermano, Naresh.

Bairaw y Chetan, el más pequeño.

Shivaraju con su hermano de seis años, Navin.

Sudarshan y la pequeña Amelia.

Los más terribles: Prayanya, mi alumno, y su hermano, Pritam.

Los gemelos con su pequeño hermano de corazón, como ellos dicen.

Rakshita y  Ganganath, los más educaditos.

El país de las luces

El número de deidades en la India es muy grande, por lo que el número de templos lo es aún más. En cada estado, en cada ciudad, en cada sector, en cada barrio y en cada calle habrá un templo. Estas construcciones, ya sean grandes o pequeñas, siempre tendrán un olor dulzón, que es el efecto de la mezcla de las flores, frutas e incienso depositadas como ofrenda.

 Cuando hay celebraciones especiales para cualquiera de los dioses, la gente acude a los templos a prender un palo de incienso y a marcarse en la frente con los colores que allí encuentran. Por las noches se llena de luces a los templos y, según el tamaño de la celebración, también las calles y hogares. Dado el gran número de dioses, cada noche, los barrios están iluminados. Se vaya caminando, en auto, en bus o, incluso, ensimismado en los pensamientos mirando al piso, será imposible no toparse con estas decoraciones o no escuchar y ver los juegos pirotécnicos volando por el cielo.


 Algo que he llegado a admirar es el gran respeto que la gente demuestra al pasar frente a ellos; la mayoría de los hindúes cierran sus ojos y hacen pequeñas oraciones sin parar su camino. Regresando a mi casa las noches en esos buses repletos y llenos de caras de cansancio, la atmósfera cambia totalmente al pasar por los sectores iluminados; el rostro de las personas se relaja y parece que, por un momento, se olvidan de cualquier tipo de incomodidad o malestar.

 Uno de los festivales más grandes en la India es el Dasara. Éste se celebra con gran acogida en Mysore y en algunas ciudades del norte. Por la noche toda la ciudad está totalmente iluminada, todas las casas, las calles, los templos, las escuelas e, incluso, el palacio. El Dasara es la celebración del triunfo del dios de la luz sobre el dios de la oscuridad. Es por ésto que ningún rincón de la ciudad queda a oscuras, para no dejar entrar a la oscuridad bajo ningún concepto.

 Siempre, en cualquier rincón de la India habrán decoraciones con luces listas para atraer las miradas de todos los transeúntes. 

lunes, 20 de enero de 2014

Nuestras actividades

 En estos cinco meses, a parte de enseñar inglés, he hecho varias actividades con los niños y es ésto lo que más disfrutamos tanto ellos como yo.

 Tiempo de pintar:



  Tiempo de que ellos sean los profesores: aquí es cuando los niños me enseñan palabras en kannada y algunas canciones, pero yo no soy tan buena alumna como ellos.

 Competencias:



 Jugando en el patio:


 Juegos en clase:

7up
 Incluso jugamos carnaval: las fotos que faltan se justifican con lo mojados que estábamos.

Mis dos gemelos: Jambor y Janbor

miércoles, 15 de enero de 2014

Un poco del ritmo

 Desde pequeños los niños arrancan sonidos y crean ritmos tan solo con sus manos. Aquí subo un vídeo de uno de mis alumnos haciendo un poco de música en clases. Viéndolo se podrán imaginar cómo anima el sonido de los tambores las fiestas aquí. De hecho, es muy común que por las calles caminen grupos de chicos bailando y tocando los tambores. No necesitan otra razón para hacerlo más que el querer hacerlo. Y este alumno mío será el siguiente que encabece la fila de los danzarines dándoles ritmo.


Para resaltar la importancia de las vacas en la India...


  ...una vaca resaltada.

lunes, 13 de enero de 2014

Bautizo, Bodas y Cumpleaños.

 Un poco sobre la cultura. En este tiempo he asistido junto con mi familia a varias celebraciones como bodas, cumpleaños y bautizos. Todas ellas son muy similares. Todos se visten con sus mejores ropas, las mujeres eligen los mejores bindis para ponerse en la frente, los hombres se llenan de colonia, las señoras usan sus sarees más elegantes y a los niños los llenan de color en los ojos y ponen coloridos y elegantes trajes, incluso más que a los adultos.

 No es muy común realizar éstas ceremonias en la casa, normalmente se alquila un salón y todo el barrio está invitado. Cualquier persona que pase por ahí será bienvenida; la comida abunda y nadie se quiere perder la oportunidad de tomarse una foto con los agasajados. Todos los salones están organizados de la misma manera: los invitados sentados en fila en las bancas y los novios o cumpleañeros junto con su familia están sentados en la parte de al frente, en un altar. El altar está lleno de frutas como ofrenda a los diferentes dioses y con velas y aceites para decorar. La persona que está encargada de oficiar el evento llena de flores a los novios o niños y, mientras canta, une a los novios o da bendiciones a los niños. A continuación, en fila van subiendo todos los invitados para formar parte de las fotografías y, más tarde, se dirigen al comedor.


 La hora de la comida es por turnos; hay varias mesas largas y angostas con hojas de plátano extendidas para hacer la función de los platos. Debido a que las mesas son angostas, solo es posible sentarse de un lado de éstas. En seguida pasan las mujeres con las fuentes de comida sirviendo, con la mano, todo lo que haya como imaginarse. Al terminar de comer todos vuelven a sus casas y el siguiente grupo de invitados pasa al comedor. Por su puesto, los agasajados son los que comen al último, porque deben quedarse en la tarima hasta el final, hasta la última foto.



 Siempre es divertido y el mayor entusiasmo de todos es... ¡ir a semejante banquete!

viernes, 10 de enero de 2014

Mis niños

 De nuevo en el proyecto, de nuevo en las clases, de nuevo con mis  niños. Después de varios días sin verlos, los encontré igual de sonrientes, cariñosos, con la misma energía y, por su puesto, igual de revoltosos. En fin, extrañaba todo esto.

 Después de las primeras horas de clase decidimos ir al patio a jugar un poco; el juego fue "Simón Dice" y estaban tan entretenidos y divirtiéndose tanto que, más de una vez, fue totalmente necesario que Simón diga: "vayan a tomar agua", pues con ese calor corrían el serio riesgo de quedar deshidratados. Después de jugar tanto llega un momento en el que la calma remplaza su energía y comienzan a pasearse tranquilos por el patio, a sentarse juntos, a conversar y a quedarse callados viendo el paisaje. En esos momentos yo me quedo en silencio observándolos y tratando de imaginar en qué estarán pensando tanto.





 Ya conozco muchísimo a cada niño de mi 4to grado, con ellos paso la mayor parte del día, por lo que los llamo por el nombre ya sin problema, distingo a los dos gemelos sin equivocarme (ya no pueden hacerme bromas), sé de dónde vienen, con quién viven, cuándo están cansados o cuándo están tristes y, sobre todo, cómo llegar a ellos. Nos hemos acercado mucho en este tiempo y entendido bastante bien, incluso cuando la jornada resulta cansada o cuando se presenta cualquier tipo de problema disfruto pasando tiempo con ellos, aunque sea en medio de sus gritos, porque aprendí a ver que dentro de éstos se esconden risas, muy buenas bromas, conversaciones y problemas. Curiosamente, al aprender ésto el desorden y bulla cesan, ya que se deja de estar "fuera" de la clase y se pasa a formar parte de ella. Nos respetamos, nos molestamos, nos queremos mucho, compartimos juntos y, claro, también nos enojamos a veces, pero el disgusto no nos dura más de cinco minutos. Ahora puedo estar en medio de ellos por varias horas y no se vuelve cansado ni pesado, al contrario, me encuentro junto a ellos disfrutándolos y dejando que me disfruten. En medio de toda su desbordante energía encontré un lugar lleno de tranquilidad para mí y parece que lo notan y que les da mucho gusto el brindármelo.

 Cuando recién llegué y observaba el método de enseñanza, las instalaciones, los libros y sus conocimientos, constantemente me preguntaba cómo harían al crecer, cómo les iría en la secundaria, en qué trabajarían y qué oportunidades tendrían. Siempre pensando en el futuro, siempre pensando en lo que aún no sucede. Siempre pensamos en qué será de los niños en el futuro...¿Por qué es tan difícil ver que ya son alguien en el presente? Son niños felices, alegres, cariñosos y llenos de todo para dar y ahora tengo la oportunidad de vivir con ellos una pequeña parte de su vida. Están bien y es porque saben ver el lado bueno de todo lo que les rodea y dejar atrás lo malo; no se aferran, no se cierran y siguen la corriente con lo que sea que ésta traiga. Deberíamos aprender eso de los niños y tratar de crecer así. Algunos de ellos viven circunstancias tan difíciles y aún así no hay día en que les falte la sonrisa. No hay razón para sentirse mal por ellos, ni por nadie, así solo se pierden oportunidades para aprender. Cada uno tiene lo que le toca vivir  y la oportunidad de salir adelante y ser feliz, lógicamente es imposible que ésto sea lo mismo para todos, sin embargo, la oportunidad de ser feliz sí lo es. No hay por qué compadecerse, solo hay por qué tener empatía, por qué dar, por qué recibir y por qué aprender. Mi trabajo aquí no es ser profesora de inglés, mi trabajo aquí es, simplemente, como ya dije, dar de mí y recibir lo que ellos tengan para mí. Y no es ningún trabajo...es una experiencia gigante.